CAJA DE PREVISIÓN SOCIAL PARA ABOGADOS DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES: UN MODELO EN CRISIS
Por Macarena Peñavera
Es un secreto a voces. El sistema de seguridad social para abogados de la Provincia de Buenos Aires es objeto de graves objeciones por parte de los letrados que ven a "La Caja" como una voraz aspiradora que succiona sus recursos a cambio de un conjunto de prestaciones que no cubren las expectativas de los afiliados y a sus autoridades como burócratas que se fijan emolumentos extraordinarios disfrazados de "viáticos", designan decenas de familiares en el organismo, adquieren inmuebles suntuosos donde montan fastuosas oficinas y se dan la gran vida con el dinero de los aportantes.
Hablamos de "secreto a voces" porque las críticas circulan en las conversaciones privadas entre los afiliados. Nadie quiere hacerlas públicas por temor a represalias de los colegios departamentales o de los propios funcionarios de La Caja que puedan afectarles el ejercicio de la profesión.
La Caja gasta millones de pesos en financiar unas innecesarias "Jornadas Deportivas" que en forma anual se realizan en la ciudad de Mar del Plata, se apropia de los intereses que devengan los aportes sobre los honorarios de los abogados direccionándolos no ya a la cuenta individual del letrado sino al patrimonio del organismo, ejecuta deudas por aportes aplicando una tasa de interés abusiva y, casi invariablemente, encomendando el cobro a abogados familiares de sus propios directivos o de las autoridades de los colegios departamentales. Las relaciones endogámicas están a la orden del día en todo el sistema de colegiación obligatoria y afiliación previsional compulsiva.
Si analizamos lo ocurrido en los últimos 25 años advertiremos un doble proceso en sentido opuesto: La Caja y los colegios departamentales aumentaron exponencialmente su patrimonio y los abogados se empobrecieron. Colegios de Abogados y Caja Previsional ricos y abogados pobres. Una verdadera vergüenza.
El modelo de afiliación compulsiva nada tiene que ver con el reconocimiento constitucional de la existencia de las cajas profesionales de las provincias y es perfectamente compatible con la posibilidad para los beneficiarios de optar entre adherir a ese régimen o al de la ANSeS.
Hay que ir en esa dirección. Terminar con este sistema abusivo donde un puñado de dirigentes de la colegiación obligatoria y la afiliación previsional compulsiva se da la gran vida a expensas de los abogados de a pie a quienes les cuesta horrores cubrir la cuota anual obligatoria.